De un biker...

Ibamos por el carril bici de Sant Adrià. Mi hijo de seis años estrenaba bici. No nueva, heredada de un amigo. Solo tuve que cambiar el grid del cambio. Un shimano corriente de diez euros. Una limpieza, un engrase y algún ajuste en los frenos. Las ruedas estaban nuevas.
-¡Llévatela! Le he comprado una nueva a mi hijo porque esta se le ha quedado pequeña.-Comentó mi amigo-.
-¡Gracias! La aprovecharemos-contesté.
Con amigos como estos, a donde quieras. Sin pedir nada a cambio. Hoy por tí, mañana por mí. Siempre lo he dicho, conocidos muchos, amigos pocos.

Retomando el paseo, empecé a orientar a Xavi para utilizar el cambio. Rapidamente lo tenía por la mano, tal era su afán de correr más, que la cadena no paraba de darle saltos.
-¡Poco a poco! De una en una. No quieras poner la sexta desde la primera. Primero el uno, y luego la dos, después la tercera y luego la cuarta. Y hacia atrás lo mismo, cuatro, tres, dos...¿De acuerdo?
-¡Si, papá!-exclamó impaciente por poner en práctica sus pequeños conocimientos-.
Lo entendió perfectamente, sin querer habíamos llegado al Fórum. Siete quilómetros desde casa.
-¿Vas bien?¿Estas cansado?-le pregunté-.
-¡Si, voy bien y no estoy cansado!-gritaba mientras me adelantaba para enseñarme sus dotes de sprinter.
-¡Vamos más lejos, papá!
-Como quieras, luego hay que volver.
-¡No te preocupes, luego corremos más para llegar más pronto!-exclamaba casi asfixiándose por el sprint.
-Pensé-. ¡Si, ya! Luego cuando te salgan las agujetas hablaremos.-
Evidentemente esto último me lo reserve para no desmoralizarlo. Me encantaba esa dosis de ingenuidad infantil, la sencillez de sus palabras y la pasión con la que pedaleaba.
La gente se amontonaba por el camino. Haciamos zig zags constantemente. La verdad que nunca me ha gustado circular por ciudad, pero esta era la mejor forma de iniciar a mi hijo en recorridos largos. Como me decía un amigo:
-¡Antes de empezar a subir tienes que hacer mil quilómetros en llano!
-¡Si claro, cuando hayan pasado dos años, venga ya!
El paseo tenía su encanto. El mar, las nuevas construcciones junto al Fòrum, los hoteles nuevos de Diagonal Mar. La gente de lo más variopinta paseando, patinando, con el perro, durmiendo sobre la hierba. Sobretodo, famílias enteras en bicicleta. Parece ser que la bicicleta cada vez está ganando más adeptos. Pero lo que más me llenaba aquella mañana de domingo era padre e hijo compartiendo ese mundillo llamado Mountain Bike.

Sin darnos cuenta estabamos en el polideportivo de la Mar Bella, y pocos minutos después en la Villa Olímpica. Paramos un minuto junto a las torres Mapfre y el Hotel Arts a beber un trago de agua.


Contemplé a mi hijo mientras bebía. Cuando inclinaba la cabeza, sus ojos miraban fíjamente a las torres como si quisiera tocar el cielo con la mirada. Se quitaba la botella de la boca y continuaba observando lo más alto de las torres.
-¡Que! Damos la vuelta.
-¡No papa! ¡Que chulo, mira cuantos barcos!
-¡Si! Y cuanta gente-pensé-.
Continuamos por el Paseo Marítimo hasta llegar al final de la Barceloneta. Y volvimos a parar en los baños de San Sebastián junto al Hotel Vela. Comenzó a llover suavemente, unas leves gotas. No íbamos preparados para las inclemencias del tiempo.
-¡Xavi, tenemos que volver a casa!-le exclamé dándole importancia al gran recorrido que ya habíamos hecho-.
Trece quilómetros desde casa. Con la vuelta serían veintiseis. Gran etapa para un chaval que no está acostumbrado y con seis años.
-¡Ya no tengo novia, papá!
-¡Y eso!¿no quieres?¿ninguna niña te lo ha pedido?
-¡No, no! Es que tu me dijiste, que lo mejor era tener novia después de ir al instituto. Además las niñas de mi cole son unas mandonas-me contestó-.
-¡Pero tu eres un niño guapo!-traté de darle ánimos-.
-¡Si! Pero eso no lo es todo. También hay que ser listo y bueno-contestó.
-¡Claro!-pensé-. Bueno, listo y guapo. Acertada decisión.
Tengo que admitir, que algunas veces deberiamos pensar como niños y decir las cosas con el corazón, aunque luego nos arrepintamos. En esos momentos, podemos dilucidar la sinceridad del individuo, sin rencor, sin maldad, aunque a ciencia cierta sepamos que se equivoca.
¡Que humilde es equivocarse!
-Quién trabaja-se equivoca-.
-Quién ama- se equivoca-.
-Quién quiere-pocas veces pero se equivoca.
-Quién habla- también se equivoca, que se lo digan a los políticos-.
No se equivoca, quién miente. Porque sabe lo que hace.
No se equivoca, quién humilla. Porque sabe por que lo hace.
No se equivoca, quién se cree mejor que nadie. Porque se cree su propia mentira.
Por lo que si trabajamos, amamos, queremos y hablamos siempre nos equivocaremos.
No digáis mentiras, ni humilléis, ni creeros mejor que nadie.
Porque tarde o temprano, os acabaréis equivocando.
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Me peso, 86 kg con 300 gramos. Me pongo el culot, el mallot, mejor el ceñidito que ya empiezo a vislumbrar los abdominales, las botas medio rotas a falta de la renovación deseada. Lleno un bidón de un litro. La salida no es demasiado larga, 8 km de subida y 8 de bajada, incluso puede ser que vuelva con agua.
-¿Por donde vas a ir? -preguntó mi esposa.
-Por la Coscollada.- respondí con firmeza.
-¿Y eso que es?-preguntó de nuevo mi esposa.
-El vigía, de Can Ruti. -respondí.
-Cuidado con el sol, y ya sabes que no me gusta que salgas solo.
-Tranquila, mujer es una ruta muy concurrida.
Hora: 19:00 PM
Pongo todos los indicadores del cuentakilómetros a cero, velocidad, distancia, y también los de cardiofrecuencímetro.
Las calas ya no son un problema, al principio en ciudad me daba un poco de miedo, el equilibrio no lo tenía demasiado por la mano. Alguna vez en algún semáforo me he caído lateralmente sobre la acera, pero sin consecuencias.
Y al ataque. Comenzé a pedalear a un ritmo suave, 15 km por hora era suficiente para empezar a calentar los gemelos. Llego al parque de Montigalà, por fin se acaban los semáforos. Aquí lo bueno era marcar una cadencia constante. Solo estoy a 100 pulsaciones, falta calentamiento.
Desde este punto y hasta la Coscollada todo es subida. Los desniveles son poco pronunciados y se pueden hacer esfuerzos inhabituales para probar las piernas.
A los 2 km y medio llegó al Castell de l'Alemany. Sol de justícia, 35º grados a la sombra. Las primeras gotas de sudor caen sobre las gafas, y ya empiezo a estar a 120 pulsaciones.
-Tengo el móvil-pensé.
-Pues le hago una foto.
Continuo la ascensión, ahora el ritmo es bueno 20 km hora. Primer traguito, el agua todavía esta fresquita, los cubitos ya no existen pero la temperatura es buena.
-¡Hasta luego!-otro ciclista que se cruza en sentido contrario.
Siempre me ha gustado esa camaraderia en la montaña, casi todo el mundo se saluda aunque no se conozca. Todos estamos en lo mismo, esa pasión por el deporte, la naturaleza, la liberación del día a día. Los consejos del médico:
-Tiene usted que hacer algo de deporte, no fume ni beba alcohol. Haga una dieta responsable. Lo digo por su bien, aunque luego usted hará lo que quiera. Luego no se lamente porque le daré la bronca. Tiene la tensión a 9'5 la mínima y 15 la máxima.Usted todavía es joven para tomar una pastilla cada día.
-Y pienso- Yo ni bebo, ni fumo, la verdad es que deporte tampoco hacia hasta ahora, igual tiene razón.
-Deme seis meses y hablamos-le contesté.
Desde que tome el hábito de salir con mi mountain-bike, la presión arterial me ha disminuido, peso 5 kg menos, y la verdad físicamente me encuentro mucho mejor. E incluso psicológicamente mi estado anímico ha cambiado, no me irrito tanto, veo las cosas con más positividad, no me preocupa tanto el día a día en el trabajo.
Trabajo, quién pudiera tener más tiempo entre semana para salir más con la bici en invierno. La verdad es que tampoco podemos quejarnos los que lo tenemos, pero bueno no es malo pedir de vez en cuando mejoras sociales. En tiempos de crisis, si no hay dinero, la mejor reevindicación es el tema social. Todo lo que se consiga repercute tarde o temprano en la vida del individuo. Os lo puedo asegurar, demostrado.
El problema es que la vida, nos ha llevado a una aborágine consumista. Queremos tenerlo todo, y si puede ser lo último mejor, evidentemente lo más caro. Y para eso hace falta dinero, si quieres más dinero, tienes que trabajar más. Si trabajas más, no tienes tiempo en mi caso para salir con la bici, y así entramos en la espiral famosa de la pescadilla que se muerde la cola.
Tenemos que tomar una determinación en algunos momentos de nuestra vida, y no arrepentirnos de ello, al contrario luchar por ella y valorar los aspectos positivos que ha aportado esa determinación a nuestra existencia. Cada vez gana más fuerza en mi conciencia la famosa frase de: No es más feliz quién más tiene, si no el que menos necesita.
Seguramente muchos se reiran de estas letras, o mejor dicho este diario. Menudo payaso filosófico esta hecho este. O lo típico, como si no supieramos esto, este se ha despertado ahora. De todas formas, me importan poco las críticas, he aprendido a sobrevivir con ellas. Y además creo que son síntoma de envidia, y falta de creatividad. Lo fácil es criticar. Pienso seguir con este diario, y espero que a todos los seguidores de este blog os ayude a mejorar algo en vuestras vidas.
Saludos Javi, biker soñador y utópico con ganas de cambiar el mundo...
Después de varios pensamientos, que se me vienen a la cabeza como habéis podido comprobar, no se me ocurre otra cosa mejor que pedalear más fuerte. Esa rabia contenida, que no expulsas durante la jornada laboral, la transformas en energía. Son como los hidratos de carbono, pero más dificiles de digerir.
No me lo puedo creer pero voy en dirección Sant Jeroni de la Murtra a 22 km/h y en progresión. A decir verdad mi corazón ya va más acelerado, 140 pulsaciones. Paso por el monasterio a gran velocidad, y casi en la curva de la fuente me caigo por culpa de una piedra. A veces situaciones tan sencillas en las que bajas la guardia son las más propícias para las caídas.
Logro realizar la trazada y tropiezo solo con la rueda trasera, pequeño derrape y continuo la marcha.
Siempre me he preguntado si es cierto que Colón, como la historia cuenta, había tenido allí una entrevista con los Reyes Católicos. Lo dejo para la incógnita de la historia. Seguro que está documentado, pero en mi caso soy algo incrédulo en según que narraciones.Ciertamente los Reyes actuales de España Juan Carlos I y Sofía junto al presidente de la Generalitat Jordi Pujol, conmemoraron el V centenario en 1993 de dicho encuentro.
Puede ser verdad el hecho, solo sé que cada vez que paso me acuerdo de Cristóbal.
Despues de una pequeña bajada, de la que aprovecho el máximo la sombra para refrescarme, comienza el ascenso a la primera cima 'El collet de la Vallençana'. Muy conocido por los aficionados de la zona. Tiene unos bancos para descansar, y a la vez es un buen punto de encuentro para quedar con los compañeros. Le falta una fuente, seria ideal para reponer el bidón. Decido parar 5 minutos y observar el mar hacia el horizonte. Se puede divisar el barrio de Buenavista, uno de los situados en la zona más alta de Badalona y una parte del barrio de Canyet.
El descanso me ayuda a reflexionar de nuevo unos instantes. Cuando empecé a subir por primera vez hasta aquí, se me hacia impensable llegar algún día a coronar la Coscollada.
La verdad es que con mi primera bici, una de esas que venden en los centros comerciales, ( me costo 150 euros creo recordar), lo llegué a subir, pero el último tramo se me hizo tan duro, que en los últimos metros tuve que hacer pie. Creo que entre la máquina y yo superabamos tranquilamente los 100 kilos de peso, y mis piernas por aquel entonces en el año 2007 estaban muy endebles. Me limpié las gafas, me subi un poco la tija, bebí un trago del bidón y continue la etapa. Los dos tramos restantes eran los más duros.
El primero hasta la Font de l'Amigó, y el segundo hasta la cima de la Coscollada.
La ascensión desde el parque de Montigalà la suelo hacer sin descanso, aproximadamente 7 kilómetros de ascenso hasta los 466 metros de altitud que tiene La Coscollada, el punto más alto de Badalona. Hoy para documentar esta historia, estoy realizando algunas fotos y voy haciendo el recorrido por tramos, resulta más fácil. Los pequeños descansos te ayudan a subir mejor, claro está que el tiempo en este día no lo estoy cronometrando. Hasta ahora mi record lo tengo en 52 minutos, espero superarlo próximamente.
Una de las cosas importantes de la bicicleta, es marcarse retos. Cuanto más difícil de conseguir, mayor satisfacción para el ciclista. Lo ideal es siempre ir acompañado, por lo que pueda pasar, pero si no es posible, la soledad a veces es buena compañera. Eso sí llevar de todo por si la salida se tuerce, ya sabéis, pinchazos, lluvia, pájaras...
En el próximo capítulo relataré el tramo final a la Coscollada para no alargar demasiado este.
Un saludo amigos del Friday's Team.